El Último Nadador & La Filosofía Existencial
El último nadador es un cuento, con cierto género irónico, ficticio, y filosófico. Refleja la ansiedad, la angustia, la soledad, y la poca paciencia en esperar…
El último nadador es un cuento, con cierto género irónico, ficticio, y filosófico. Refleja la ansiedad, la angustia, la soledad, y la poca paciencia en esperar. Estos temples anímicos, recaen sobre el crecimiento del nadador, con la gran posibilidad del abandono, o daño en su propia carrera deportiva. Formar un futuro nadador, lleva años, responsabilidad, dedicación, docencia, sabiduría, y conocer a fondo sus condiciones y posibilidades. Además hay que establecer una buena coordinación en la trigología dialéctica, entre el Nadador, el Entrenador, y los Padres o Tutores.
En una segunda línea de apoyo, la supervisión y acompañamiento de las instituciones deportivas.
Y algo fundamental, el nadador debe ser conciente de sus propias limitaciones…
Autor: Alejandro Matías Lecot – Buenos Aires – Argentina – Otoño de 2004
EL ÚLTIMO NADADOR…
Había una vez, una chica que deseaba entrenar… Su nombre Soledad.
Con sus casi 12 años de edad, en plena rebeldía, adolescencia, donde su cuerpo aún no había comenzado a desarrollar, decidió por las suyas, ir a hablar con el entrenador más de moda, el más tostado, el que vestía ropa cara y de marca. Su apodo Miki. Lógicamente, hubo una entrevista con los Padres de ella, y quedaron muy contentos con él. Promesas, que ante el sacrificio, ella iba a figurar rápidamente; en 6 meses campeona de la metrópoli, en un año, en la final del nacional, en dos, campeona sudamericana.
Y con posibilidades de ir a Pekín 2008. Eso sí, el entrenador le dijo que no la presionaran con el estudio, y que iba a comenzar a realizar pesas y gimnasio. También, les contó que tenía un amigo que se estaba por recibirse de médico (ya llevaba mas de 9 años de carrera), y que la iba a ayudar con complementos.
SUPERACIÓN Y PODER
Cuestión que comenzó a entrenar, donde al principio se quedaba dormida en todos los lugares, pero después empezó a comer más y mejor, acostumbrarse mas aún a los entrenamientos, al principio 4 veces a la semana. Un día a la semana tenía inglés en una academia, pero al poco tiempo se entusiasmó tanto con el entrenamiento, que prefirió dejar el otro idioma. Entonces ya eran 5 veces. Con su esfuerzo, y su cotidiano mal humor comenzó a bajar algunas marcas. Cuestión que llego su primer torneo, donde baja sus tiempos, y la gurisa…, sale campeona metropolitana. Esto produjo una gran “revolución” en su personalidad, y decidió largar su 4 años de pasión a la guitarra. Una gran pena, pues la música le brindaba a ella, estados de grata alegría y melancolía en sus momentos de soledad, donde concurría los sábados por la mañana, con un gran maestro y concertista de guitarra española. Entonces fue así que los sábados, comenzó a realizar doble turno. Pese a su esfuerzo, no se veían síntomas de alegría, por sus superaciones acuáticas. Así fue que a los 6 meses, su menú deportivo (microciclo semanal), consistía en; tres sesiones de gimnasio, ocho de nado, y muchos metros…
SIN LÍMITES
Cierto día, el entrenador se le ocurrió establecerle a Soledad, una toma de tiempo en los 100 metros crol. Sucedió que su marca de 1m. 12”, la llevó a 1m. 04”. Ella sorprendida, pero sin síntomas de gran alegría, le pidió a su entrenador que sin decir nada, a la mañana siguiente, le volviera a tomar tiempo. Él le dijo que viniera antes de las 15 h, así estaban los dos solos, pues el guardavida cerraba la pileta para ir almorzar. Y así fue, ella llegó 14h 22m, aflojó, y luego la toma de tiempo a las 14h y 54 minutos. La misma distancia, los 100 metros, los nadó en 59”, un tiempazo!!!. Ella, con cierta amargura, y con mucha timidez, expresó, que podía seguir bajando su marca. Aflojo de nuevo, tomó algo que tenía en la cantimplora, y dijo voy de nuevo. Se tira, pasando en 27 los primeros 50 metros, y volviendo en 28 segundos el resto de los 50 metros, el tiempo final 55” 12/100, excelente marca internacional.
El entrenador loco de alegría!!!, y ella como si nada…
LA ODISEA
La odisea de traspasar la barrera de sus propias marcas, de décimas y algunas veces de a segundos,
se hizo habitual, con una cautelar privacidad entre ellos dos. Pero llegó el día, en que ella increíblemente, ya estaba cerca de los 10 segundos en los 50 metros libres, algo “sobre humano e insoniable”.
Fue entonces, cuando Miki a pesar de su superlativa ambición e inseguridad, le dijo fervientemente;
-¡Soledad, hasta aquí llegamos, seguir es una terrible locura, ya está…, querida nadadora!.
Ella con cierta demencia se puso a llorar durante más de media hora, y luego se le dio por tirar un par de flotadores y tablas a la tribuna, sumando unos cuantos insultos !!!, luego, expresó en tono de orden;
-¡Miiiikiiii , mañana falto al colegio!, e imperativamente agregó;
-¡me tomas temprano, media hora antes que abran, a las 7 y 30, meee entendisteee!!! y a las centésimas, expreso; -¡pues si no venís, me voy a otro club, a otro país, a París, a la China, o a otro Mundo… !!!
MARCAS EN EL ALMA
Próximo día, 7 y 20, de una mañana fría. Soledad, ya estaba lista y paradita en el cubo de partida.
Su entrenador , muy nervioso, al costado izquierdo de la pileta.
En el momento de la mayor adrenalina, sentenció: “A sus Marcas”.
Luego, giró su cabeza hacia la derecha, e inmediatamente, sintió el cubo de partida, vacío…
y el agua tan cristalina, como un friolento y silencioso lago.
A pesar de la astuta labor de Miki, ella, habría tomado “su última decisión…”
“Y sus Almas quedaron en la Soledad de sus Marcas”
Del-FÍN…
LA FILOSOFÍA EXISTENCIAL
El filósofo y pensador alemán Martín Heidegger (1889-1976), en su obra “El Ser y el Tiempo”(1927),
descubre las categorías del “Existir”; como el estar en el mundo, los diversos temples existenciales,
(insiste especialmente en la angustia), los problemas de la verdad, la muerte, y la temporalidad.
Desde mi sentida experiencia, pienso que no es bueno vivir tanto tiempo en un estado de angustia
y soledad, situaciones que nos puede llevar a tomar decisiones muy tajantes.
Mí opinión, es que jamás un nadador debe dejar de nadar, y en momentos de mucha presión
Hay que aflojar en todos los sentidos. ¡Ciertamente!, para reflexionar…
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