Los ejercicios aeróbicos como caminar, correr, nadar, bailar (baile o zamba), saltar, andar en bicicleta, clases de gimnasia o aeróbic acuático, etc., nos aumentan las endorfinas, llamadas también, las moléculas de la felicidad, ya que son las que permiten a las personas, disfrutar de la vida, y brindar una mayor alegría. Por otro lado todos los ejercicios y el nadar, nos producen una serie de ventajas como: disminución de la presión sanguínea, la baja de los niveles de colesterol, reduce los niveles sanguíneos de glucemia, mejora la capacidad pulmonar, mejora el desempeño cardiovascular, etc.
El objetivo de esta interesante nota, es hablar con respecto a las endorfinas, también podrían llamarse las moléculas de la felicidad, ya que son las que permiten a las personas, disfrutar de la vida, sentirse deleitados por muchas cosas y resurgir con facilidad de las crisis personales sin demasiadas cicatrices emocionales. Las endorfinas, sos sustancias químicas naturales, que producen una fuerte analgesia, estimulando los centros de placer del cerebro, creando situaciones satisfactorias que contribuyen a eliminar el malestar y disminuir las sensaciones de dolor.Esta euforia que parece salida de la nada, en realidad nace (como todos los sentimientos que experimenta el ser humano) del cerebro. Cuando éste libera dosis extra de una hormona llamada endorfina, el dolor físico se reduce y crece la pasión por la vida.
Las cosas pequeñas que vemos todos los días, pero que de pronto nos causan una alegría enorme, se deben a que, en ese preciso momento, por el cuerpo están circulando más endorfinas de lo habitual. Aunque existen muchísimos factores psicológicos que influyen sobre nuestro estado de ánimo, las endorfinas juegan un rol determinante en cómo nos sentimos cada momento del día. Una vez segregadas, actúan como analgésicos y euforizantes naturales, desempeñando un papel crucial en el equilibrio entre la vitalidad y la depresión.
La buena alimentación ejerce una influencia fundamental. Por ejemplo, si no ingieres suficientes proteínas, no dispondrás de suficientes aminoácidos para producir las endorfinas. Es por eso, que cuando hacemos o empezamos a hacer una actividad deportiva con frecuencia, esto nos trae un mejor apetito. Lógicamente, la alimentación debe ser adecuada y sana al esfuerzo que hacemos. La fenilalanina, como el resto de los aminoácidos, se encuentra en alimentos ricos en proteínas como la carne, huevos, pollo, pavo, pescado, o requesón. Tomar vegetales y grasas también es importante para disponer de los nutrientes necesarios para sintetizar las endorfinas. Las grasas estimulan la liberación de endorfinas, de manera que debes tener cuidado con las dietas bajas en grasas. Por otra parte, las dietas vegetarianas pueden ser pobres en aminoácidos.
También la falta de endorfinas, puede ser a veces, por motivos genéticos, de manera que no es raro encontrar personas similares en tu familia. En otras ocasiones, el estrés excesivo y prolongado puede haber mermado tus reservas de endorfinas. Las personas utilizan sus endorfinas cada vez que se sienten abatidas, asustadas, heridas, enfermas o incluso si eres un deportista profesional que hace demasiado ejercicio. Durante una crisis especialmente intensa, las endorfinas pueden subir tanto que te impiden sentir el dolor y son las que te ayudan a calmarte tras una experiencia negativa.
Tras un suceso traumático, como la pérdida de un ser querido, los niveles de endorfinas suben y permanecen elevados durante un tiempo que varía de una persona a otra. Durante esa fase inicial no sientes del todo el dolor de lo sucedido. Tras un tiempo, los niveles de endorfinas bajan; para entonces, la persona está ya más preparada para afrontar el dolor de la pérdida, aunque aún con un nivel de endorfinas suficiente como para acabar recuperándose. Sin embargo, cuando una persona tiene niveles bajos de endorfinas, siente un dolor emocional (o físico) mucho más intenso y le cuesta mucho más recuperarse sin este "anestésico emocional" natural que son las endorfinas.
La natación es una actividad cardiovascular, que se recomienda para aumentar la cantidad de mitocondrias dentro de la célula, ya que aumenta la frecuencia cardíaca, utiliza todas las extremidades, y es fácil en las articulaciones y el cuerpo. Nadar, hacer aeróbic acuático o caminar en agua, es uno de los mejores ejercicios para las personas con osteoartritis, ya que el agua ayuda a eliminar las fuerzas que soportan peso causadas por la gravedad durante la actividad física.
Lo ideal es nadar, entre dos, tres o cuatro veces a la semana, y/o intercalar con otras actividades aeróbicas, lo que te permitirá aumentar y mejorar, tu ritmo cardíaco, tu estado físico como el anímico, brindándote una mejor calidad de vida.
Entonces… Arriba los brazos y las ganas, que tú salud, siempre te lo va agradecer.
Alejandro M. Lecot – www.natacion.com.ar
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