Georgina Bardach y Declaraciones…

Bardach, quedó lejos de la final de los 400 medley. Vive un momento dificil. Aquí algunas declaraciones que hizo a la Prensa.

Por

 Luego de haber visto a la mañana del sábado, las eliminatorias de nuestros compañeros argentinos, sabiendo de antemando que ninguno tenía posibilidades de clasificar, lo que a todos más nos preocupó, fue el tiempo de Georgina Bardach. Para mí es un fuerte y lamentable tropiezo en su espectacular carrera deportiva, y haciendo una "mea culpa", todos podemos tener malos momentos. No quiero hacer un análisis público de esto, ya que quiero respetar la imagen de Georgina, pero estamos sorprendidos… Lo que si les digo, que a pesar de las quejas; a veces con alguna razón, otras no tanto, hoy los nadadores argentinos, igualmente lejos de las grandes potencias mundiales, han recibido y reciben mayores apoyo, de lo que fue en nuestra digna generación de nadadores, allá por la década de los 70 y 80. Igualmente, me quiero llevar la imagen y la sigo recordando del abrazo del Señor Bochi Sosa con Georgina, al obtener el bronce para la Argentina, luego de 36 años, en los recordados Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Tal vez, habrá que rempleantarse muchas cosas de la natación argentina…
AML.

"BOCHI

Dejo una nota que publica hor el diario de Córdoba, La Voz del Interior, realizada por el periodista Gustavo Aro: "Se quebró emocionalmente, pero no perdió la cortesía para detenerse en la zona mixta y hablar con los periodistas. Estaba tensionada, nerviosa y por eso las lágrimas no tardaron en llegar. Claro, no era para menos. Georgina Bardach, quien había sido medalla de bronce en Atenas 2004 volvía a los Juegos Olímpicos para defender el tercer puesto y le fue mal. No, le fue pésimo. Ella misma graficó el momento: "Fue el cierre del peor año de mi carrera".  Los 400 metros combinados figuraban en el cuarto lugar del debut de la natación en el Centro Acuático, esa fantástica construcción azul que llaman El Cubo y que el gobierno chino construyó para la ocasión. Georgina estaba anotada en la segunda serie clasificatoria y le habían asignado el andarivel cuatro.
Terminó octava entre ocho y con un tiempo terrible, como si se tratara de una principiante: 5m00,57s, a nueve segundos de la séptima. Un desastre. Su serie fue ganada por la brasileña Joanna Maranhao, con 4m40,18s, tiempo que tampoco le alcanzó para llegar a la final.
–¿A qué le atribuis esta actuación?
–No lo sé, todavía no lo pensé. La verdad que no lo sé.
–¿Cuánto hace que no terminás la prueba en este tiempo?
–Ni en los entrenamientos hago este tiempo, sólo boludeando hacés este tiempo. Qué sé yo, no sé. Creo que no pude manejar la presión.
–¿Solamente la presión?
–Bueno, fue un año bastante difícil, varias veces quise dejar de nadar así que todo eso influye. Saber que tampoco estaba en mi mejor momento es otro de los motivos. Creo que todo eso fue, hubo de todo un poco.
–No lograste motivarte ni pensando que estabas en Beijing, disputando unos Juegos Olímpicos.
–No es cuestión de motivación, porque sí estaba motivada. Pero tuve un año con pocos entrenamientos y eso se notó.
–¿Qué vas a hacer ahora?
–Vacaciones, las necesito. Mi cabeza sobre todo. Necesito hacer pum… y salir. Creo también que esto me da ganas de seguir.
–¿Así y todo pensás en Londres 2012?
–Claro, ahora más que nunca.
–¿Pasa todo por la cabeza?
–Sí, es decir, no estoy entrenada pero porque la cabeza no me da para más. Pasa todo por ahí.
–Todo indica que tenés algún problema y te da vueltas por la cabeza. Se intuye que hay algo más.

–No, pero tampoco quiero poner excusas. Nadé mal. En los últimos meses estuve entrenando poco por la lesión que me afectó en 2006. Últimamente tuve bastante dolor, pero nada, terminé muy mal. Creo que fue el peor año de mi carrera.
–¿Alguien te sugirió que no corrieras?
–Esta prueba la tenía que correr, sí o sí.
–Sí, pero si acusabas una lesión la podías evitar.
–La tenía que correr.
–¿Beijing ya fue? ¿No nadás los 200 combinados?
–No sé.
–¿De qué depende?
–Lo tengo que decidir. La verdad que nadar así no sirve, me da mucha vergüenza.
Y se fue. Cerró la nota con un suspiro y prometiendo que algunas horas después volvía al Cubo para la final de los 400 metros combinados. Desde la tribuna, claro. Gracias a La Voz.

Alejandro M. Lecot – WWW.NATACION.COM.AR

Notas relacionadas