Música, Sueños y Realidades del Agua

Karina Flores y Florencia Arce, realidades cordobesas de la natación sincronizada.

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Karina Flores y Florencia Arce, al borde del Natatorio del Colegio Gabriel Taborín…

Que más lindo en la vida, es soñar y hacer cosas con alegría, y por sobre todo nadar con música. Días pasado, en el famoso Colegio Gabriel Taborín de Córdoba, una niña expresó; "El nado sincronizado me gusta, sobre todo porque es artístico", en uno de sus entrenemiento del colegio. "Cuando lo hago, me siento libre, tal vez sin pensar que eso, ser libre, es desde siempre uno de los sueños más caros al hombre. Algunas de estas cosas sintieron, posiblemente, Karina Flores y Florencia Arce, dos de las 20 chicas que, hace ya 12 años en el club Instituto, fueron transferidas desde la Escuela de Deportes a la de nado sincronizado, porque les habían detectado mucha habilidad en el agua. "Era como un hobby, (cuenta Florencia) lo confundíamos con ballet acuático". Ambas -Karina con ocho años y Florencia con siete-, eran las más prometedoras y también fueron las que tuvieron más vocación para seguir, costare lo que costase. Como en un juego, fueron aprendiendo bote, velero, danza, flamingo, canoa, batidora, mesita, split, entre otras figuras básicas que exigen un enorme esfuerzo y una gran destreza en el agua, y que combinadas o con variaciones, dan los preciosos bordados del nado sincronizado.
En 1999, cuatro años después de sus comienzos, el dúo fue federado por el club de Alta Córdoba y participó en su primer Campeonato Argentino infantil, en Rosario. Pero sólo sabían mostrar las figuras en forma estática, sin desplazamientos, y salieron últimas. Igual, el animarse a estar allí, en un Nacional, significó para ellas uno de los triunfos más importantes que recuerdan. Con el tiempo, y dirigidas por Ana Borgogno, Florencia y Karina fueron dos veces campeonas argentinas juveniles, en 2002 y 2003, año en que también ganaron la Copa Austral en Buenos Aires, al presentar una memorable rutina de Fuga y misterio, el tango de Piazzolla. Era la primera vez que se hacía tango en nado sincronizado, y tal vez por eso, fue también la primera vez que se logró una calificación desusada en nuestro país: 8 puntos.
Con 15 años, Florencia ya era la integrante más joven del seleccionado argentino. Participó en tres sudamericanos, con cuartos lugares -lo más alto logrado históricamente por Argentina- en dúo o por equipos en los tres; y un séptimo puesto individual en uno de ellos (una de las raras veces que Argentina tuvo una top 10 sudamericana). En los últimos años y con mucho esfuerzo (casi siempre pagándose los gastos), Karina y Florencia, que desde 2006 son alumnas del Ipef, también participaron en varios torneos internacionales, siempre con buenos resultados. El 8 de octubre de 2006 recibieron un golpe terrible cuando Diego Martínez, novio de Karina y adorado amigo de Florencia, fallece en un accidente automovilístico. La natación sincronizada entró en una larga noche, Karina fue por meses una sombra doliente que sólo hablaba con Florencia y que no quería volver a tirarse a la pileta. Su compañera no la abandonó nunca y después de casi un año estaba sacándola a flote cuando, ¡oh milagro!, llegó Nadando por un sueño…
Agradezco, al periodista Carlos Martínez, por el material informativo.

Que "loco", a ellas se les inició una linda carrera deportiva, con muchos sueños cumplidos y a cumplirce en un futuro inmediato, a partir de esta histórica pileta del Colegio Gabriel Taborín. Este gran escenario acuático, fue donde se formaron grandes nadadores de la natación argentina e internacional, entre ellos; Daniel Garimaldi, Rosanna y Luis Juncos, Luis y Pablo Minelli, Alejandra Broglia, José Meolans, Georgina Bardach, y muchos otros nadadores. Y en mí recuerdo, fue donde logré mi primer Campeonato Argentino en los 1.500 metros libre, allá por el año 1976…

Alejandro M. Lecot – especial para WWW.NATACION.COM.AR

alejandrolecot@yahoo.com – 2007 – Argentina

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