Nadar: ¿es bueno para adelgazar?

Por desconocimiento está generalizado el concepto de que cualquier deporte genera más reducción de peso que la natación.

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Por desconocimiento está generalizado el concepto de que cualquier deporte genera más reducción de peso que la natación. Esta afirmación es un error y analizaremos porqué se ha generado y cuál es la verdad al respecto.


Si comparamos la natación con ejercicios como correr, podemos afirmar junto a Howard Wainer, que nadar quema igual o aún más calorías. La clave está en la intensidad con que se nada. Si la actividad en el agua se realiza con la misma intensidad proporcional, a la utilizada en tierra, se perder  aún más peso en la pileta, que en la pista.


¿Cómo calcular el nivel de intensidad correcto? La mejor manera es usar la proporción 4×1. Esto quiere decir que, debe tardarse, nadando, 4 veces más que corriendo la misma distancia. Si podés correr 1500 metros en 6 minutos, debés poder nadarlos en 24 minutos. Entonces a ese ritmo se lograr  un descenso de peso.


Esta indicación desde ya sirve para los nadadores que no entrenan en forma sistemática, porque aquellos que sí lo hacen, seguramente, tienen un nivel de intensidad mayor al indicado en 4×1.


Otro factor para destacar es que en otros deportes, ineludiblemente, hay lesiones; estas mantiene al deportista quieto por lo menos una semana o quince días, retrasando su entrenamiento y su proceso de adelgazamiento. Esto no sucede con la natación, donde las lesiones son poco frecuentes y se puede estar en actividad los 365 días del año.


En un estudio realizado, por la Universidad de California, sobre un grupo de varones de vida sedentaria, a quienes se les impuso un ritmo de una hora diaria de ejercicios, por día, durante tres meses, se observó que, los que habían nadado, habían perdido más grasa corporal.


Otro aspecto a tener en cuenta es la alimentación, porque bajar de peso depende de no consumir más calorías que las que se gastan haciendo ejercicio.


En el libro "Nutrición, ejercicio y salud" de Katch y McArdle, se afirma que: nadar crol a ritmo medianamente intenso quema 11 calorías por minuto y haciéndolo lentamente, 9 calorías.


En general, los corredores comen menos que los nadadores y sobre todo las mujeres, que cometen el error de ingerir mucho menos calorías de las que necesitan.


Según un estudio realizado sobre adolescentes mujeres, las corredoras consumían no más de 2200 calorías, mientras que las nadadoras, 3500. Por lo tanto, aquí se ve claramente que existe un desequilibrio en la alimentación, que nada tiene que ver con el deporte en sí mismo.


También es frecuente oír que la natación da más hambre que otras actividades físicas. No se sabe si esto es un mito o si es real. La hipótesis que se maneja es que, si es así, la causa debe ser que nadando se mueven casi todos los músculos del cuerpo, mientras que en otros deportes, esto no sucede.


Todos sabemos que cada músculo en actividad consume glucosa y que la reserva de esta sustancia no es demasiada. Por lo tanto, el nivel de glucosa en sangre baja más abruptamente después de nadar que después de correr y eso genera mayor necesidad de comida. Este aspecto es fácilmente solucionable: lo que se debe reponer después del entrenamiento es líquido y glucosa; no grasas que generarían gordura. Por lo tanto, después de nadar lo mejor es una bebida deportiva o incluso una gaseosa y algo de fruta. De ese modo, repondremos lo que se ha consumido: la glucosa, y no la grasa que hemos reducido. De más está decir que quedan prohibidos los alfajores, facturas y demás alimentos de este tipo, ricos en azúcares, pero también en grasa.


Por último, algo que va a interesar al mundo femenino: está comprobado que la natación disminuye la celulitis y disminuye el riesgo de várices.


Otros ejercicios también generan estos beneficios pero, cuando se nada, se está realizando una actividad muscular bajo la presión del agua. Esto provoca que el líquido alojado en los tejidos, sobre todo en la grasa, sea empujado a la corriente sanguínea, dejando las piernas totalmente deshinchadas y con la circulación de retorno (cuyo mal funcionamiento genera v rices) en total normalidad.

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