Phlelps: Hoy busca la Hazaña del VIII° Oro
Igualado con la Hazaña de Mark Spitz, hoy el delfín o super nadador Phleps, en el relevo 4×100 metros estilos, irá por la Octava Medalla Dorada Olímpica. Video.
Cada vez que este superhombre, termina una competencia o sale de nadar, comienzan a circular por el mundo millones de cifras, semblanzas, opiniones, críticas, biografías y homenajes. El volumen es creciente desde que empezó a cumplir con su promesa de ganar ocho medallas doradas en Pekín, de lo que anoche quedó a un paso al ganar la final de los 100 metros mariposa, estableciendo un nuevo récord olímpico, 50s58/100, ya es dueño de 7 medallas en Pekín y 6 de Atenas, lo que da 13 medallas. Realmente es un nadador perfecto, ayer lo demostró: remontando y ganando la carrera por una centésima. Phelps; es un gran referente de los que amamos este gran deporte olímpico, la Natación…
La largada de los 100m. mariposa…
El récord de Mark Spitz en Munich 72, también con siete doradas, ya tiene compañía y muy probablemente quede en el recuerdo cuando dos minutos antes de la medianoche del domingo se corra la final de la posta 4×100 metros estilos, de la que Phelps tomará parte.
Pero hay que detenerse en la excitante, increíble carrera de anoche. Por algo, o mejor dicho por varias cosas, fue la que Phelps más festejó. Primero, por lo que sufrió en esos dos largos, porque en buena parte del recorrido ni siquiera estaba en la zona de medallas: el cambio de lado lo mostró cuarto. Mandaba el serbio Milorad Cavic, que para muchos parecía favorito porque sus tiempos habían sido mejores. Phelps levantó y el desenlace fue tremendo.
En la última brazada Cavic (izquierda) se disponía a tocar primero la llegada, pero emergió Phelps (derecha) y lo hicieron juntos. Salvo para los relojes, que dejaron al serbio una centésima detrás. Fue el primer triunfo de Phelps aquí sin récord mundial. Esta noche, su reto será superar a Spitz.
Del astro Phelps se hace una disección minuciosa y desde todos los ángulos. Tal es la curiosidad que despierta alguien capaz de semejantes proezas. Es una tentación saberlo todo acerca de él. Por ejemplo, descubrir que se trató de un niño hiperactivo y con tremendos problemas para concentrarse en cualquier cosa, a tal punto que a su madre, Deborah, una maestra de escuela le dijo una vez que Michael probablemente jamás llegaría a enfocar la atención debidamente en algo. El chico necesitó ingerir a diario una píldora para atenuar esa hiperactividad dispersa, hasta que el bochorno que eso le provocaba ante sus compañeros lo hizo abandonarla. Todo ese desinterés general se compensaba con una atracción hipnótica: en esos tiempos la natación empezó a despertarle un interés casi obsesivo.
Otra variante es desmenuzar sus movimientos en la pileta, algo que con la tecnología actual permite advertir detalles sorprendentes. ¿Usted sabía que el deslizamiento de Phelps en el agua copia el movimiento de los delfines? Dicen que empieza a ganar las carreras desde el último toque en la pared, en cada giro. "Baja a lo profundo y luego usa una patada de delfín que lo impulsa hacia la superficie, lo cual le da ventaja sobre sus rivales", explicó una vez Russell Mark, coordinador de biomecánica de USA Swimming, el organismo regulador de la natación en los Estados Unidos. En la obstinación por perfeccionarse, Phelps, por ejemplo, mejoró la técnica de las manos desde que el año pasado se quebró una de ellas y se vio obligado a trabajar más con la otra. Entren a la web natación, en Principiantes y vean la nota; La patada de mariposa, revolucionada por Phelps…Quizá se elija ponerlo en el banquillo y preguntarle por la cuestión que da vuelta por los natatorios tanto como el vapor: el doping. Alguna vez, a Phelps lo rozó uno de los escándalos que incluyeron a Marion Jones. "Todo el mundo puede decir lo que quiera. Sé que estoy limpio. Yo mismo me adherí al proyecto Croire para pasar los controles que lo prueben. Los hechos están allí", contestó él, en referencia al programa de la Agencia Antidoping estadounidense. Están los revisionistas, que se preguntan si Phelps, ahora que leyendas como Paavo Nurmi y Carl Lewis quedaron detrás suyo en el registro de triunfos olímpicos, es el más atleta número uno de la historia. El se tira al agua, gana, se cuelga la medalla, le regala un ramo de flores a su madre y se va. Todo el interés del mundo va por otro costado, y la lupa que le pone la ciencia para saber cómo hace lo que hace, también. "No lo sé. Sólo nado. Me meto en el agua y nado."
El medallista de Oro en Atenas 2004, Emanuel Ginóbili también quiso disfrutar de las demostraciones de Michael Phelps y conocer el Cubo de Agua. Manu fue hacia allí en su día de descanso y presenció el triunfo de Phelps en los 200m estilos, la sexta medalla dorada del estadounidense. Sus compañeros Scola y Prigioni prefirieron ver el duelo tenístico Nadal-Djokovic. Gentileza de La Nación.
Alejandro M. Lecot – WWW.NATACION.COM.AR
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