Cómo ponerse las antiparras de natación de la manera correcta

Ponerse las antiparras de natación de la forma adecuada es determinante para completar exitosamente cualquier jornada de natación, ya sea un entrenamiento o competencia. Por eso, hoy te explicaremos más al respecto. 

Antiparras de natación: ¿para qué sirven?

Entre los accesorios que todo nadador debe utilizar se encuentran las antiparras o también conocidas como gafas de natación. Este accesorio tiene un rol clave en el rendimiento del deportista.

En esencia, las gafas de natación sirven para mejorar la visibilidad bajo el agua, facilitando la orientación del nadador al momento de desplazarse dentro de la pileta, lo que le otorga mayor concentración, coordinación y velocidad.

Por otro lado, las antiparras de natación evitan el contacto directo entre los ojos del nadador y el agua de la pileta, situación que podría ocasionar irritación, enrojecimiento y ardor en los mismos, afectando seriamente la visibilidad y el rendimiento.

Correcta colocación de las antiparras de natación

Las gafas de natación pueden facilitar la actividad del nadador, pero para ello deben escogerse de manera minuciosa, de lo contrario, un accesorio de gran utilidad puede convertirse en una auténtica molestia.

Lo primero que debe hacer un nadador en ese sentido, es encontrar el modelo que mejor se adapte a sus necesidades, pero, sobre todo que se adapte a la fisionomía de su rostro.

Es importante que el accesorio no genere incomodidad en los ojos ni sobre el tabique nasal. Asimismo, las gafas no deben quedarnos demasiado ajustadas, ya que el elástico podría terminar rompiéndose, como tampoco deben quedar demasiado sueltas, porque las gafas podrían salirse con facilidad cuando ingresemos al agua.

Entonces, para lograr una adecuada colocación de las antiparras, lo primero que debe realizarse es fijar ambos cristales sobre nuestros ojos, sin pasar el elástico sobre la cabeza aún. Esta acción debe acompañarse de una ligera presión entre cada cristal y la cuenca ocular.

Lo que se busca con esto, es que las gafas se adhieran a la piel alrededor de los ojos, creando así un efecto de ventosa, que es ideal para prevenir cualquier tipo de filtración de agua hacia nuestros ojos mientras estemos sumergidos.

Después, ya podremos pasar el elástico por sobre la cabeza para fijar las gafas y así usarlas. Es importante que el elástico quede colocado sobre la línea de las orejas, formando un ángulo de 45 grados.

De este modo, nuestras gafas de natación se encontrarán aseguradas, previniendo molestias en los ojos, así como rupturas de elástico o pérdida de las mismas durante la rutina de nado.

Tipos de gafas de natación

Existen diferentes tipos de gafas de natación, las cuales cumplen con estándares de diseño y aplicación según la categoría, el uso que se pretenda darles y la edad, ya sea para adultos o niños.

Para empezar, debemos seleccionar entre gafas de natación junior, en caso que el practicante sea un niño, o gafas de natación para adultos, entre las cuales encontraremos aquellas de categoría amateur y otras de categoría profesional.

Las gafas de natación para niños suelen tener un campo de visión bastante amplio, así como también soportes acolchados adheridos a cada cristal. Sus elásticos suelen ser bastante suaves, para evitar cualquier molestia en el niño.

Por su parte, las gafas de natación para un adulto, incorporan también un campo de visión extendido, aunque los elásticos suelen ser un poco más resistentes.

Mientras tanto, en las gafas de natación profesionales los cristales son más pequeños, para favorecer la hidrodinámica, y los puentes pueden ser autoajustables o intercambiables. En ocasiones, prescinden de soportes acolchados en los cristales.

Finalmente, es importante que al adquirir las antiparras prestemos atención a su calidad, para lo que puede ser de utilidad acudir a una tienda especializada, o contar con la asesoría de un entrenador.